La canciller de Colombia, Laura Sarabia, presentó su renuncia este jueves 3 de julio de 2025, argumentando profundas diferencias con el presidente Gustavo Petro y su equipo de gobierno.

En una carta dirigida al mandatario y publicada en sus redes sociales, Sarabia manifestó que en los últimos días se han tomado decisiones que no comparte y que, por coherencia personal y respeto institucional, no puede acompañar.

Subrayó que no se trata de “diferencias menores”, sino de un “rumbo” que ya no le es posible ejecutar.

El origen inmediato de la crisis se relaciona con la controversia sobre la expedición de pasaportes. Sarabia defendía la extensión del contrato con la empresa privada Thomas Greg & Sons, argumentando que la Imprenta Nacional de Colombia no estaría lista para asumir la operación en septiembre, como pretendía el presidente Petro. Sin embargo, el gobierno decidió avanzar con un contrato con la Casa de la Moneda de Portugal, desautorizando públicamente a Sarabia a través del nuevo secretario privado, Alfredo Saade.

En su mensaje de despedida, Sarabia afirmó:
“Mi renuncia es el resultado de una profunda reflexión, impulsada por la responsabilidad que siento hacia mi conciencia, hacia el país y hacia la manera en que concibo el ejercicio del poder público”.

La salida de Sarabia, quien fue una de las figuras más cercanas a Petro desde la campaña presidencial de 2022 y ocupó cargos clave como jefa de gabinete y directora del Departamento Administrativo de la Presidencia, marca la tercera vez que el gobierno cambia de canciller en menos de tres años. Su renuncia ha generado una fuerte reacción en el ámbito político, con sectores que interpretan el hecho como un síntoma de fracturas internas en el Ejecutivo y cuestionan el manejo de la política exterior y la administración de contratos estatales.

El presidente Petro, por su parte, se despidió de Sarabia con un mensaje público en el que expresó:
“Espero que hoy Laura sea una mejor mujer de la que era cuando me conoció”.

La renuncia de Sarabia se produce en un contexto de creciente tensión y polémica por la gestión de la Cancillería, sumando incertidumbre a la recta final del mandato de Gustavo Petro

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