Desde el 2019 se desarrolló integralmente la creación de un plan multidisciplinar llamado ‘Gran Barranquilla 2050’, enfocado en una visión metropolitana de la ciudad y esta vez se trabaja en la continuación de Gran Barranquilla enfocándose esta vez en la ciudad. 

Pensar la ciudad. Ese fue el reto que el alcalde Jaime Pumarejo le encomendó a la firma internacional BIG, un grupo de expertos con sedes en Nueva York, Copenhage, Londres y Barcelona, que ha desarrollado proyectos de urbanismo en Europa, Norte y Suramérica, Asia y Medio Oriente.

Este jueves, entregarán un documento que recoge el trabajo realizado en los últimos meses, en el que, en conjunto con ciudadanos, universidades y arquitectos, se plantea una visión de ciudad cuyo objetivo es alcanzar elevados niveles de vida dentro de una comunión con los recursos naturales, espacios comunes y zonas de crecimiento planificado, entre otros aspectos. El documento es la segunda fase de una primera visión desarrollada desde el 2019.

Para el alcalde Jaime Pumarejo, la responsabilidad de los gobernantes no termina con la ejecución de obras. Es necesario planificar a largo plazo. “Desde ya comenzamos a proyectar la ciudad soñada. Es por eso que hemos convocado a los mejores expertos del mundo para avanzar con ellos en un camino que nos muestre hacia dónde debe ir la ciudad, y qué debemos hacer desde ya para dejarles a las futuras generaciones una Barranquilla sostenible, que crezca ordenadamente y que sea destino de inversiones que generen desarrollo”.

Barranquilla ya ha dado los primeros pasos para ser una ciudad sostenible, con el objetivo claro de ser la primera biodiverciudad de Colombia, dentro del cual avanza un programa de arborización y mantenimiento de zonas verdes recuperadas; la recuperación integral de la ciénaga de Mallorquín, el tesoro ambiental urbano que permitirá el disfrute de la naturaleza; el Bosque Urbano de Miramar y los parques en todos los barrios para la actividad física, entre otras iniciativas.

Uno de los componentes de Barranquilla 2100, que se lanzará este jueves, es el reto de dar un salto decisivo que la ratificará como la ciudad pionera en la transformación y producción de energía limpia y, de paso, le permitirá generar más empleos.  El ambicioso proyecto, contemplado en el Plan de Desarrollo 2020-2023, tiene previsto transformar el consumo de energía de más de 300 establecimientos y oficinas públicas, aprovechando el potencial que representan las 6 o 7 horas al día de brillo solar. Y como en la ciudad soplan vientos a una velocidad promedio entre 10 y 13 metros por segundos, un nuevo proyecto contempla la generación de energía eólica. Todo está enmarcado dentro del propósito del Gobierno distrital de convertir a Barranquilla en la primera biodiverciudad de Colombia.

El documento ‘Gran Barranquilla 2050, una visión metropolitana’ fue el primer avance del proyecto Barranquilla 2100. En él, se plantean los ejes Restaurar, Conectar y Crecer.

En esa propuesta se plantean distritos de innovación, entretenimiento, arte, cultura, gastronomía, fabricación, así como zonas de conservación que preservarán una variedad de áreas ecológicas, desde bosques secos tropicales y matorrales hasta humedales y manglares. El componente medioambiental es clave, por eso se piensa en zonas de la ciudad para granjas, cultivos, agricultura vertical, pesca y agricultura y espacios para desarrollo silvopastoril.

Barranquilla 2100 es una invitación abierta a pensar en el futuro y a responder la pregunta ¿QUÉ CIUDAD QUEREMOS SER? Busca posicionarse como una visión estratégica y colectiva construida a partir del insumo de ciudadanos, empresas y academia.

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