Desde Argentina hasta Alaska: la aventura de la familia Mastrangelo Soto

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Guillermo y Jéssica son una pareja de esposos que vivían en Chascomús Argentina. Él, camionero, se la pasaba 15 días rodando por las carreteras para traer el sustento al hogar, mientras que su esposa Jéssica atendía la cafetería que era de su propiedad y a la que le dedicaba gran parte del día, su jornada terminaba a altas horas de la noche.

Mientras la pareja laboraba, Agustina y Tomás, sus hijos de 12 y 15 años estudiaban y compartían con sus amigos, así ocupaban su tiempo y llenaban el vació que sus padres dejaban por ir a trabajar.

Todos los días la misma rutina, viajes largos de Guillermo, jornadas extenuantes en la cafetería para Jéssica y los jóvenes del colegio a la casa a hacer sus labores. No les faltaba nada material pero si lo más importante: la unión familiar, el compartir en familia y el sentir el amor a plenitud.

Fue poco lo que tuvieron que hablar para entender como familia que necesitaban tiempo para ellos, que necesitaban conocerse, y la decisión, para algunos podrá parecer loca, fue vender la cafetería y por parte del cabeza de familia dejar su trabajo de conductor de camión para emprender una aventura desde Argentina hasta Alaska.

En un primer momento los niños lo dudaron, dejarían la escuela, sus amigos, la comodidad del hogar, para embarcarse en un Renault Fuego GTA Max y rodar día y noche por varios ciudades, en diferentes países y culminar cada día durmiendo en una casa rodante, donde tienen todo en miniatura, lo único grande son sus sueños y la unión familiar.

Los Mastrangelo Soto llevan ya 7 meses fuera de Argentina, han pasado por chile, Perú, ecuador y hace 3 meses están en Colombia, les resta cruzar por 9 países hasta legar a su destino final, Alaska.

Los jóvenes estudian a distancia mientras que sus padres le enseñan geografía de américa en vivo y en directo en cada país que visitan. Tan pronto vuelva a Argentina retomarán sus estudios en la escuela que dejaron para emprender esta aventura.

Sin dinero

La travesía de esta familia es completa y minimizar gastos es una de ellas, ya que no cuentan con dinero, su sustento se deriva de la venta de artesanías y de el apoyo expontáneo de las personas que encuentran a su paso.

Han intentado en 2 ocasiones conseguir patrocino de la Renaul pero ambas han sido fallidas, pero eso no los desmotiva, siguen su aventura y viviendo el minuto a minuto los cuatro.

Una experiencia que no cambiarían por nada del mundo

Para estos cuatro argentinos aventureros esta experiencia ha sido lo mejor que les ha pasado, compartir con la familia no tiene precio, mirar cada día un amanecer diferente, una cultura diferente es algo que no cambiarían por nada.

Su meta ahora es llegar a Panamá, para ello deben enviar su casa rodande y y su cómplice en aventura, el Renault Fuego GTA Max, por barco pero eso les cuesta mucho, por lo que están pensando en un plan B que sería volver a Ecuador para continuar con este viaje cuyo destino final es Alaska.

Independiente de la ruta que deban tomar para lograr su objetivo no los trasnocha, solo saben que juntos alcanzarán la meta y juntos, como nunca antes seguirán viendo esta loca aventura.

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