La biomasa, clave para potencializar el negocio palmero

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Bogotá, DC.- “El uso de la biomasa se convierte en una fuente potencial de ingreso para el sector palmero y por ello las plantas de beneficio no deben producir únicamente aceite de palma y almendra, sino que deben diversificar su portafolio con productos de mayor valor agregado proveniente de la biomasa”, expuso el Coordinador del Programa de Procesamiento de Cenipalma, Jesús Alberto García Núñez, durante su charla en la XVII Reunión Técnica Nacional de Palma de Aceite que va hasta el 1 de octubre, en formato virtual.

Indicó que en materia de productividad es importante hablar de todo lo que viene, a futuro, a partir de la biomasa, al tiempo manifestó que hay diversas formas de obtener cantidad de productos que pueden salir de la tusa, el cuesco, los efluentes, entre otros recursos, y que tienen un mercado gigante con buenos precios de venta.

“Existen productos de la biomasa que se pueden vender hasta por 9.000 dólares por tonelada, muy por encima del aceite de palma y sin embargo, en nuestro país no se están aprovechando aún”, precisó.

“Todo depende de la tecnología, del tamaño de escala y de la madurez tecnológica que se tenga para emprender esta fase y también está relacionado con las características y composición de la biomasa que se obtenga”, insistió García Núñez.

“Lo primero que debe hacer la planta de beneficio es cubrir las lagunas y sacar el biogás para mejorar la parte de eficiencia energética, solo con esto ya se tiene energía eléctrica adicional para usar o para vender. El biogás es el motor de todos los posibles usos enmarcados en un concepto de biorrefinería”, estimó.

En los últimos 30 años, la producción mundial de aceites y grasas se ha triplicado pasando de 80 millones de toneladas en 1990 a 234 millones de toneladas en 2019 y en ese periodo el aceite de palma y palmiste han aumentado su participación y eso se debe a la mejora en la productividad y a los diversos usos.

“En Colombia nos estamos quedando desde hace años con los dos productos principales: aceite de palma y almendra, y la pregunta es qué pasa con los otros productos que podemos sacar”, se cuestionó el investigador.

“Al analizar la distribución del aceite de palma por industria, en los últimos cinco años, se observa que se enfoca en alimentos, algo de concentrados, un poco en el área de los cosméticos y en los últimos años el biodiésel, el cual le dio un impulso grande al sector, absorbiendo una cantidad importante de aceite”, continuó explicando.

Uno de los principales retos de Cenipalma y del sector palmero colombiano es alcanzar una producción sostenible de 5 toneladas de aceite crudo por hectárea y por año y para ello es fundamental la confianza entre las plantaciones y su planta de beneficio, es decir, entre el productor que tiene el cultivo y el extractor que saca el aceite.

Manifestó que hay diferentes factores que afectan la tasa de extracción de aceite, algunos que dependen de elementos externos, pero otros sí son controlados por el personal a partir de las labores en las plantaciones y en las plantas de beneficio.

Otro de los retos del sector es la implementación de tecnologías 4.0 aunque algunas plantas de beneficio están más avanzadas que otras en temas como la realidad aumentada, la robótica, internet, blockchain y big data, entre otros desarrollos.

“Esto llegó para quedarse y tenemos que subirnos en este bus cuanto antes para ser más productivos. Un ejemplo de ello es el CENISIIC que es un sistema integrado para información de plantas de beneficio y lo que se busca con ello es conocer los detalles, la eficiencia y la calidad en los procesos productivos”, indicó.

Finalmente destacó que entre los desafíos también está el procesamiento de racimo de fruta fresca de OxG donde se avanza en el levantamiento de la línea base, acompañamiento a las plantas y convenios con organizaciones externas.

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