Por Jennifer Iguarán Pimienta
Es fácil decir que los wayuu son los que fomentan el desorden para cobrar el subsidio que luego se van a gastar en chirrinchi. Algunos lo hacen (comportamiento que no atañe solo a nuestra etnia sino a la humanidad entera) pero muchos otros no, y para ellos es que es importante eso que reciben en el subsidio, porque con eso COME su familia.
Muchos de ellos solo hablan su lengua materna, muchos de ellos no entienden con claridad lo que está sucediendo en el mundo. Pero se supone que para eso están las autoridades, autoridades que deben conocer su lengua y entender su contexto porque precisamente ese fue el electorado con el que salieron elegidos. Son las autoridades las que deben imponer el orden donde no lo haya.
¿Si muchos de nosotros que tenemos acceso a todo tipo de medios, aún no respetamos las reglas del aislamiento, cómo creen que será para los indígenas que viven alejados de las noticias y las redes sociales?
Claro, es que es muy fácil juzgar desde el privilegio. Por un momento te invito a que sueltes el celular, te pares de tu cama y te pongas en los zapatos de un wayuu. Te apuesto que no sobrevives ni un solo día. No sean irrespetuosos!
La cantidad de irrespeto hacia los wayuu que he tenido que ver en estos días es inimaginable. La ignorancia en su máxima expresión.
Lo peor es que la mayoría viene de gente que cuando ve beneficios o pantalla, son los primeros en autodenominarse wayuu, pero cuando se trata de situaciones difíciles, como en la que estamos, ya no lo son, y por el contrario juzgan, señalan, critican.
Yo sí siento la necesidad, en medio de todo esto, de ratificar el orgullo que siento de mi origen. Vivo orgullosa de ser wayuu, con lo bueno y lo malo que esto pueda traer.
Mi cultura no es incorrecta (ninguna lo es, sólo son distintas) , incorrecto es el juicio de quien atrevidamente habla desde la ignorancia.
