La pandemia permitió desmitificar la salud mental: Bautista

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En el desarrollo del Foro Semana –El futuro de la salud en Colombia-, se llevó a cabo el panel ¿Qué ha pasado con la salud mental de los colombianos?, en el que participó Nubia Bautista, médica psiquiatra y subdirectora de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social, en el cual dio a conocer el panorama actual de esta problemática en el país y los logros más relevantes en la atención de este aspecto.

Inicialmente aclaró que la salud mental de los colombianos tiene diferentes perspectivas, entre las cuales resaltó que, según la Encuesta Nacional de Salud Mental, se advirtió que la mitad de los niños y niñas ya tienen indicios de un problema mental y en cuyo marco se comprenden dificultades para dormir, preocupación, irritabilidad, conflictos al interior de la familia, entre otros.

A su vez, mostró que la depresión y la ansiedad son los principales trastornos mentales que afecta a la población y que el consumo de alcohol es uno de los más significativos problemas de salud mental y de la salud pública en el país, “ya que como sustancia psicoactiva se puede asociar al consumo de otras y pueden ser factor de riesgo para enfermedades que más carga tienen como la hipertensión, cáncer, diabetes y problemas pulmonares”, explicó.

De este mismo modo, esta encuesta arrojó entre los resultados de que uno de cada diez adolescentes no siente ningún apoyo cuando tiene alguna dificultad y dos de cada 10 adultos mayores tiene la misma percepción. “Esta problemática se ha agudizado en las violencias que en distintos niveles y órdenes ha afectado a la población colombiana y que se han catalizado con la pandemia, por una mayor convivencia con los violentadores y las disfunciones familiares, ya que una de cada tres familias tiene algún grado de disfuncionalidad.

Sin embargo, la pandemia por covid-19 ha permitido que se avance en un gran obstáculo que afectaba a la sociedad colombiana y es el estigma de reconocer la importancia de la salud mental en el bienestar cotidiano.

Para esto, expuso la funcionaria, el Ministerio de Salud y Protección Social ha logrado una acción intersectorial con el Ministerio de Educación Nacional con el fin de fortalecer las habilidades socioemocionales y resiliencia en las aulas destinadas a la comunidad educativa y que ha demostrado enormes resultados con una perspectiva conjunta desde lo pedagógico y el fortalecimiento y cuidado de la salud mental.

También anotó que desde la entidad se ha concretado un trabajo interdisciplinario dando como resultado el lineamiento de armonías espirituales y del pensamiento en la Mesa Permanente de Concertación con la población indígena. “Esta ha venido fortaleciéndose y permite abordar la salud mental más allá de la concepción occidental y ponerla también en la perspectiva de las comunidades, es decir, entre el saber de la medicina tradicional y la ancestral”, adicionó.

Asimismo, también resaltó que el Plan de Beneficios en Salud tiene una cobertura en intervenciones de primera, segunda y tercera línea, hospitalización, psicoterapia, entre otras. “Creemos que en cuanto tecnologías tenemos una cobertura robusta, claramente superior a muchos países de la región y que nos permite abordar las diferentes situaciones relacionadas al mejoramiento de la salud mental de los pobladores”.

Retos y objetivos

Entre los planteados, que también los consideró como oportunidades que ha dejado la emergencia sanitaria, la subdirectora declaró que se está gestionando de mano con los entes territoriales que el personal de la salud y con los diferentes actores que están en los municipios y en los sectores lejanos, tengan habilidades para ejecutar diagnósticos tempranos y atender dichas situaciones.

“Este no es un campo exclusivo de abordaje del psiquiatra, del psicólogo clínico o profesionales especializados, es muy importante contar con las madres comunitarias o aquellos interventores que ayudan a la población migrante o desplazada, es decir, todos tenemos un rol y un papel muy importante de primera ayuda y podemos ser partícipes, incluso si nos entrenamos en primeros auxilios psicológicos en los cuales se comprende el escuchar y acompañar a una persona que se encuentre en un momento emocional difícil”, reseñó.

En el caso de los niños y niñas, uno de los desafíos planteados es que se reconozca que en la primera infancia y en las etapas de crecimiento y desarrollo se dimensione de mejor manera el rol de los cuidadores y de la salud mental de ellos, para así fomentar las habilidades socioemocionales y las capacidades de crianza en ellos, y que la Política Nacional de Salud Mental contiene como clave para una óptima salud mental.

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