PALENQUERO Y RAIZAL: hechos e impactos del conflicto armado, aportes a la construcción de paz y nación

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Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición
La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, conocida como “Comisión de la Verdad”, es una institución del Estado, independiente del Gobierno, con una existencia prevista de tres años. No tiene facultades judiciales, es decir, no puede juzgar ni condenar a nadie y tampoco es la entidad encargada de reparar a las víctimas. Hace parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR), junto con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD). 
La responsabilidad de la Comisión es la de reconstruir, de la forma más fiel posible, lo que pasó durante el conflicto armado interno, haciendo visible la verdad desde todos los puntos de vista, en especial de las víctimas, con el objetivo de avanzar en la implementación y desarrollo de los acuerdos del fin del conflicto armado firmados en noviembre de 2016, y fortalecer mediante la no repetición la consolidación de la paz estable y duradera. 
La Comisión inició su mandato de tres años el 28 de noviembre de 2018, por lo cual, a la fecha de hoy, restan 352 días para la entrega del informe final.
¿Qué son los Encuentros por la Verdad?
Son espacios para comprender y dimensionar los daños e impactos que deja el conflicto, para resaltar las formas de resistencia de las víctimas y propiciar el reconocimiento de responsabilidades. Mediante los Encuentros se amplifican las voces de las personas afectadas por la violencia y se contribuye en el derecho a conocer la verdad.
Como principio, los Encuentros de la Verdad ponen en el centro el reconocimiento a las víctimas y, en un contexto de escucha y diálogo, permiten reflexionar sobre lo ocurrido en el conflicto armado interno e iniciar la búsqueda de los mecanismos sociales, institucionales, políticos, culturales y humanos que contribuyan a reparar lo sucedido. A través de estos espacios se busca fortalecer la voz de las víctimas, hacer memoria de lo sucedido y lograr un trabajo colectivo del duelo. Todo ello, en la búsqueda de construir procesos de cierre de una historia de dolor y evitar su repetición.
¿Cómo ha afectado el conflicto armado al pueblo negro, afrocolombiano, palenquero y raizal?
De acuerdo a la Red Nacional de Información, con corte al 31 de octubre de 2020 al menos 1.144.486 personas de comunidades negras, afrocolombianas, palenqueras y raizales aparecen registradas como víctimas, lo cual corresponde a un 38,38 % del total. Además, según la Unidad de Víctimas, hay tres momentos en los que un hecho victimizante como el desplazamiento forzado se incrementó afectando a estos grupos étnicos: 2000-2002; 2007-2008 y 2013-2014.
De los 217 líderes sociales asesinados entre 2015 y 2019, solo en 2017 se reportó que 77 eran afrodescendientes, según la información recopilada por la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento. En este mismo sentido, el Centro Nacional de Memoria Histórica señaló que la mayoría de homicidios de líderes sociales pertenecientes a pueblos negros ocurrió en Cauca y Nariño.
Entre 2001 y 2016 se generaron 4.208 alertas tempranas por parte de comunidades negras y afrocolombianas. Las principales razones fueron: desplazamiento forzado, homicidios selectivos, amenazas, masacres y reclutamiento forzado. Los dos departamentos más afectados fueron Chocó (1.683 alertas) y Nariño (1.077 alertas).
Mejorar las condiciones sociales y de seguridad en las zonas donde vive la población afrodescendiente es fundamental y, en cierta medida, los censos posibilitan dimensionar las necesidades en los territorios. Sin embargo, en el último Censo del Dane (2018) solo 2.982.224 personas se autoidentificaron como afrocolombianos, negros, mulatos o afrodescendientes, es decir, un 6 % de la población Colombia, mientras que en 2005 estos grupos representaban un 10,3 % del total según la misma entidad.
Por este motivo hay dudas con respecto a la primera cifra debido a posibles omisiones en zonas históricamente afrocolombianas en las que no se consultó sobre la pertenencia a un grupo étnico. De hecho, la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombiana rechazó estos resultados y manifestó que se trata de un “genocidio estadístico” que afecta la adecuada toma de decisiones en estas comunidades que han sido afectadas durante varias décadas por la violencia del conflicto armado.
Aún así, de acuerdo a los datos que reporta el Dane, el 97,68 % de los municipios colombianos tiene población negra, afrocolombiana, palenquera y raizal. Además, en al menos 64 municipios la población afrodescendiente es mayor al 50 % del total. 
Por otro lado, desde la expedición de la ley 70 de 1993 se estima que en Colombia se han titulado más 5,7 millones de hectáreas de territorios ancestrales y tradicionales a comunidades afrodescendientes. El 95,3% están ubicados en la región del Pacífico, mientras que en las regiones Caribe, Andina, Amazonía, Orinoquía e Insular tan solo se concentra el 4,6%.
Un patrón que se ha podido identificar es que en aquellos territorios donde hay alta densidad de población afrocolombiana predominan altos niveles de pobreza extrema y precariedad en infraestructura y servicios. Con la información del Dane (2018) se identificó que el 38 % de la población palenquera y el 40 % de la población negra manifestaron tener alguna privación. Por otro lado, en materia educativa el 30.17 % de estos grupos étnicos indicó tiene rezago escolar.
Cabe resaltar que, dentro de la investigación que adelanta la Comisión de la Verdad, se ha evidenciado que la crudeza de las violencias contra el pueblo negro, afrocolombiano, raizal y palenquero durante el conflicto armado también es producto de un racismo estructural que se instaló en la sociedad desde los tiempos de la Colonia y perduró legalmente hasta 1851, cuando se abolió la esclavitud en el país, aunque se mantuvo de facto. Además, solo hasta 1991 la Constitución reconoció a Colombia como un Estado multiétnico y pluricultural.
Sin embargo, incluso tras la firma del Acuerdo de Paz en La Habana entre el Gobierno y las FARC-EP, la violencia contra el pueblo negro sigue vigente y los grupos armados que siguen en confrontación ponen en riesgo la vida, la integridad de las comunidades, sus prácticas culturales y sus territorios.
¿Qué se busca con este encuentro?
  • Dimensionar las causas, daños e impactos por racismo y discriminación racial vividos por las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras y sus territorios en el marco del conflicto armado.
  • Reunir diferentes voces y re-crear una narrativa para ser expuesta a la sociedad colombiana sobre las dinámicas del conflicto armado en las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras, así como sus resistencias y aportes a la paz.
  • Ambientar el contexto de esclarecimiento y reconocimiento de las dinámicas del conflicto armado sobre las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras.
  • Plantear contextos, explicaciones y análisis sobre lo que hizo que estas violencias fueran posibles y las transformaciones que se necesitan para que no se repitan.
¿Cómo se hará el reconocimiento?
Se hará a través de casos significativos que evidencien las afectaciones y su impacto y estarán enmarcados en cinco grandes enfoques: el racismo y la discriminación racial como factor que intensificó las afectaciones del conflicto armado sobre el pueblo negro; la exclusión que han vivido las comunidades afrocolombianas, negras, raizales y palenqueras en los procesos de configuración de la identidad y el Estado; los efectos sobre los territorios y sus comunidades por la presencia de economías legales e ilegales; los impactos individuales y colectivos a la identidad, el territorio, la autonomía y el gobierno propio y, finalmente, las diversas formas de resistencia y contribuciones a la paz del pueblo negro.
Durante el encuentro también se propiciará un espacio para el reconocimiento de responsabilidades por parte de excombatientes, empresarios y exfuncionarios públicos, y se dará cuenta de documentos, sentencias y pronunciamientos que evidencian el alcance del conflicto armado.
Además, también se socializarán recomendaciones por parte de organismos nacionales e internacionales, y se escucharán las conclusiones de algunos comisionados. Todo esto en el marco de una contribución para la no continuidad y la no repetición de la violencia en territorios donde habitan el pueblo negro, afrocolombiano, palenquero y raizal, y en Colombia en general.
Este octavo Encuentro por la Verdad pretende, también, visibilizar las expresiones artísticas con las cuales se hace difusión de mensajes alusivos a la paz, orientadas en la protección de estas comunidades, y se rendirá un homenaje a la comisionada de la Verdad Ángela Salazar, fallecida el pasado 7 de agosto.
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