Presencialidad con responsabilidad

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Martha Villalba Hodwalker   – Representante a la Cámara por el Atlántico
El debate que ha suscitado si se continúa con la educación en casa o el regreso a la presencialidad bajo un modelo responsable, gradual y de alternancia debe ponernos a reflexionar, porque no se trata sólo de que hayan opiniones o argumentos a favor o en contra, de lo que se trata es de comprender que a pocos meses de cumplirse un año en que los colegios públicos y privados vienen trabajando de forma virtual, se está afectando no sólo la calidad educativa, sino también la salud física, mental y emocional de nuestros estudiantes.
Por el cierre de los colegios en todo este tiempo, ha habido una pérdida en el aprendizaje que será difícil de recuperar; así como una crisis financiera que ha venido golpeando a muchos de estos planteles educativos.
Recordemos que antes de la pandemia nuestro sistema educativo ya venía padeciendo serios problemas, y uno de los más graves, y que se agudizó con la virtualidad, fue el de la deserción escolar.
Desde nuestra perspectiva, han sido tres los elementos que más se han visto afectados en la educación en estos momentos: el primero, la falta de herramientas tecnológicas para la virtualidad; el segundo, la baja conectividad para la virtualidad y su afectación en el aprendizaje; y el tercero, calidad y costo de la educación virtual.
Para nadie es un secreto que, pese a los esfuerzos que viene haciendo el Ministerio de Educación, así como el Ministerio de las TIC, en aras de garantizar el acceso a internet a través de cobertura, estos no han sido suficientes y las mayores afectaciones se están sintiendo en las zonas rurales del país, debido a que muchos estudiantes no cuentan ni con las herramientas tecnológicas, ni con el acceso a la red.
Sumado a eso, no fueron pocas las denuncias que han realizado padres de familia frente al costo de las pensiones de los colegios privados por la deficiencia en el pensum educativo virtual; así como los graves inconvenientes y las afectaciones que ha traído la educación virtual a muchos padres de familia que trabajan desde casa.
Es por esto y muchas otras razones que no estoy de acuerdo con que se siga impartiendo educación desde la virtualidad. Cómo representante a la Cámara y miembro de una comisión como la Sexta, en la que se aborda un tema tan vital e importante como este, siempre he sido partidaria del regreso a clases bajo un modelo gradual y responsable de alternancia educativa, pues diferentes estudios han señalado que las instituciones educativas tienen un riesgo bajo, por lo que no están catalogadas como una fuente de contagio del Covid-19.
Confiamos en el trabajo que viene haciendo el Ministerio de Educación para reactivar el sistema educativo presencial. Sin embargo, en diferentes debates en el Congreso la ministra María Victoria Angulo ha venido señalando que esto es un trabajo en equipo, porque si bien en cabeza de esta cartera estuvo el diseño y la elaboración de los lineamientos para un seguro regreso a clases, los entes territoriales juegan un papel importante en la implementación de los mismos.
En ese sentido, el Ministerio de Educación ha venido explicando que “son dos las fases que las secretarías de educación de los entes territoriales certificados deberán coordinar con las instituciones educativas para darle viabilidad al modelo de alternancia educativa. Por un lado, la fase de planeación y alistamiento. Por el otro, la fase de implementación y seguimiento del servicio educativo presencial en condiciones de alternancia casa-institución educativa”.
Por lo que confiamos en la voluntad del Ministerio de Educación; que tiene toda la disposición  para que el regreso a la presencialidad se lleve a cabo en el primer trimestre de este año; así como en la de los entes territoriales que a través de las Secretarías de Educación serán los encargados de que la puesta en marcha de la alternancia sea un éxito, cumpliendo todos los protocolos de bioseguridad y evaluando los riesgos dependiendo la situación de la pandemia en cada región del país.
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