Pablo es un muchacho que le apasiona el mundo de los eventos, pero eso no fue una talanquera para que renunciara a su puesto de trabajo, luego que su jefa negara un pedazo de pizza a un trabajador que lo acompañó durante una larga jornada de trabajo.
Esta es la historia contada por él:
No escribo a quejarme en absoluto por lo que son los horarios de trabajo o porque alguien fue grosero conmigo, todo lo contrario, conocí gente grandiosa en todo el cuerpo de trabajo y estaba muy contento con mi cargo y la labor para la que fui asignado.
Que si, los horarios los de trabajo son agotadores y demandan mucha energía, es cierto, pero al fin y al cabo quien acepta este trabajo sabe que es así y de hecho está explícito en el contrato, por ende no le veo motivo para hacer un reclamo frente a eso.
El cargo que desempeñé durante los días que fui parte del staff fue liderar y organizar la entrada de expositores para el montaje de la carrera 9.
Realmente estaba feliz con mi labor. Quienes me conocen saben que me gusta mucho el tema de eventos y lo veía como una oportunidad enorme de experiencia laboral. Hasta donde pude trabajar la logística del evento fue completamente impecable y organizada hasta el último Rincón, cada una de las personas administrativas desempeñan una labor realmente impresionante.
Aquí el tema:
María Alejandra Silva, dueña y co-fundadora de Buró.
Por más cosas que había escuchado hablar de ella decidí dejar todo un lado y darme una oportunidad de conocerla por mí mismo; realmente como jefe no tengo nada reprochable, graduada de diseño de modas y joyería, es una mujer empoderada la cual junto a su madre, Martha Soto, ha logrado sacar adelante una de las mejores y más exclusivas ferias de diseño del país en la que han apoyado el crecimiento de miles de emprendedores.
Mi primer acercamiento con ella fue cuando debía explicarnos a mí y a dos compañeras más nuestro rol en la taquilla del evento. ¿Qué pude darme cuenta? si es una persona de carácter fuerte, pero finalmente es lo que menos espera de una persona que lidera un evento de semejante magnitud, realmente tengo que aceptar que me llevé una muy buena impresión de ella. Siempre es un poco distante, pero cumple su rol como jefa, estaba muy contento y realmente tenía admiración hacia la labor que desempeñaba y cómo sabía resolver y liderar cada problema o situación que se presentaba.
En el segundo día de montaje, mi último día, llevamos una jornada larga, habíamos llegado a las 5:30 de la mañana y ya se acercaban las últimas horas de la jornada, cerca de las 11 de la noche. La administración del evento, cordialmente decidió pedir varias cajas de pizza para todo el staff BURÓ, cosa que no están obligados a hacer. Estuve todo el día en la entrada de expositores con mis compañeros y aparte teníamos un grupo de operadores de logística que nos ayudaban a controlar todo el flujo. Ya cuando era tarde había más labores por desempeñar y quedamos en la trata solo el operador de logística y yo, esta esperando que me hicieran el relevo para ir a comer la pizza que había pedido.
Una vez llegue a la oficina para recoger mi porción pregunte: “Male ¿Puedo llevarme un pedazo de pizza para el señor de logística que ha estado conmigo todo el día? a lo cual su respuesta fue un rotundo NO. Quedé un poco confundido y realmente pensé que estaba haciendo un chiste o algo así pues había Pizza de sobra. A ese no simplemente respondí lleno de rabia pero cordialmente con lo siguiente; “Bueno yo le doy la mía tranquila”; una vez fui a recoger el pedazo de pizza, María Alejandra me responde con lo siguiente: “¿Te lo vas a comer tú o se lo va a comer el operador?, muy tranquilamente le respondí que se lo iba a llevar al operador, y en ese momento me dice ¡no, entonces no lo puedes coger!. Con la sangre hervida y sin creerme lo que había sucedido simplemente respondí con un “bueno, gracias” y salí de la oficina sin ningún pedazo de pizza.
Una vez salí de la oficina sólo no podía procesar lo que había sucedido y cómo una persona que no les falta nada podía ser capaz de negar un trozo de comida a un trabajador, que ni siquiera le iba a costar de más o se le iba a acabar, iba a darle mi porción.
En ese momento tomé la decisión de presentarle mi renuncia pues no me sentía actuando de manera ética al trabajar para una persona de ese estilo, volví a la oficina donde estaban todos y el lugar dónde sucedió el acontecimiento, le pedí el favor a María Alejandra que si podía salir un momento hablar a solas, cuando salió le expresé mis gratitudes, le dije algunas palabras sobre cuánto valorado el evento, pero que simplemente no me sentía a gusto trabajando con ella y que por ende le presentaba mi renuncia.
Más allá de la situación siempre trato de ponerme los zapatos de los demás y la única razón por la que llegué a pensar que podría decirme que no a la porción de pizza para el operador, es que cada empresa subcontratada es responsable de sus trabajadores y aunque sea cierto el típico argumento de “si le doy a uno tengo que darle a todos”, ese no era el caso, era el único operador de esa empresa que quedaba presente y estaba sol, por ende en el acto no hubiese desencadenado en tener que regalar más porciones, de igual manera lo que me generó más controversia fue el hecho de que cuando le dije que le iba a dar mi porción no me lo permitieras negando así a mi la porción, no encuentro razón alguna que justifique este acto.
Consecuencia de la actitud de Pablo:
Al día siguiente y luego de renunciar Pablo Matiz Botero regresa al sitio a comer y fue sacado por el personal de seguridad. De acuerdo a declaraciones de la directiva del evento se decide actuar de esa forma porque “él llega a la feria, paga su boleta y empieza a caminar por la feria tratando de llevar protagonismo por este hecho”. Por ende, como organización, consideraron “que alguien que está insatisfecho con la organización, que está insatisfecho con estar con Buró debía retirarse“.
Luego de darse a conocer esta denuncia por redes sociales varias pizzerías, en solidaridad con el joven decidieron regalar pizzas en el evento.
El tema sea viralizado en redes y salió a relucir el mal trato que tiene la cofundadora del evento con sus colaboradores.