Ir cada año a Sabor Barranquilla es una delicia, se convierte en un espacio donde compartes con amigos y familiares en torno a nuestra música, charlas gastronómicas, artesanías, catas de licor, preparaciones y degustaciones de todo tipo de platos.
Sin lugar a dudas, esta feria gastronómica, que se convierte en la más grande y visitada del país, activa al 100% nuestros sentidos. Desde que ingresas al recinto de eventos y convenciones Puerta de Oro empiezas a percibir olores que te atrapan, ves en cada stand productos tan bien elaborados que se nota a leguas el amor y la dedicación que le ponen a cada uno de ellos para que llegue al consumidor final con la plena certeza que lo compran a gusto, sabiendo que consumirán producto barranquillero de excelente calidad.
Caminar cada pasillo de Sabor Barranquilla, sin temor a equivocarme, lleva a cada uno de los asistentes a detenerse en cada uno de los stand para recibir la explicación de la elaboración de un postre, un pan hecho con ingredientes fitness, la preparación de un plato con ingredientes frescos made in Barranquilla o degustar un rico licor que puede llevarte a casa para compartir en estas fiestas navideñas.
Mi experiencia fue fantástica, llegar y encontrar en la primera sección de la feria a un grupo de emprendedores barranquilleros, que le apostaron a hacer empresa, algunos en medio de la pandemia, es algo increíble. Y es que ellos son un pequeño ejemplo de lo que Barranquilla ha hecho en estos casi 2 años atípicos.
Degusté panes, postres, quesos, galletas, vino, whisky, y de todos me enamoré de su sabor, olor, textura y presentación. Traje a casa un vino de corozo, pan, quesos y galletas, lo hice por 2 cosas, apoyar a aquellos que le apostaron a hacer empresa y contribuir con ello a la reactivación económica de nuestra ciudad y porque los productos son realmente buenos.
Sabor Barranquilla se convirtió en la plataforma para muchos empresarios y emprendedores pero también la oportunidad perfecta para quienes la visitan, de motivarse a apostarle a un sueño o simplemente convertirse en clientes fieles de estos emprendimientos y/o empresas que se sumaron a esta feria, que cada año que pasa, rompe récord de asistencia.
Sólo me resta decir, si no han ido a sabor Barranquilla visítenla, quedarán gratamente sorprendidos con todo lo que ahí se expone y lo mucho que podrán aprender de gastronomía. Es sin lugar a dudas una experiencia que hay que vivir, sólo, en familia o con amigos, pero vivirla.
Aquí una muestra de quienes hicieron posible que esta 14 edición fuera un éxito.
