La directora de Semana, luego de no hablar por sus redes sociales por varios días, rompió su silencio.
“Ustedes han sido mi voz durante todos estos días. Gratitud infinita por eso. GRACIAS. Silenciar a un periodista es silenciar la democracia. Sobre la fuente, lo que está en juego es su vida y la de su familia. No es anónima, es reservada, plenamente identificada, y sí se hicieron las verificaciones suficientes que la acreditaran”.
“Cumpliré con mi palabra de no revelarla, derecho que me concede la Constitución y la ley. Pase lo que pase. La vida de esa fuente debo cuidarla como si se tratara de mi propia vida, y más. No importan las presiones. Esa es mi obligación. Seguiré inquebrantable con mi compromiso de informar como directora de SEMANA, siendo leal solo a la verdad, a mis principios y a los lectores y seguidores”.
“Gracias a Dios, a mi familia y a mis compañeros. Gracias a cada uno de los millones de colombianos por su compañía y respaldo. No necesito nada más. Sigo firme”, concluyó