El monje que camina al Vaticano cuando se elige Papa: El misterio de la fe silenciosa

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En la Plaza de San Pedro, mientras el mundo aguarda la señal definitiva de la fumata blanca y los medios enfocan cada rincón del Vaticano, una figura austera y silenciosa se convierte, sin quererlo, en símbolo y enigma de cada cónclave moderno. Es Massimo Coppo, el monje franciscano que, descalzo y con su bastón, camina desde Asís hasta el corazón de la cristiandad para rezar por el nuevo Papa.

Una aparición que ya es tradición

La imagen de Coppo no es nueva para quienes siguen de cerca estos rituales. Doce años atrás, durante la elección de Francisco, su presencia ya había despertado curiosidad y admiración. Este 2025, con la muerte de Francisco y la elección de León XIV, el monje volvió a aparecer, repitiendo el mismo gesto: llegar en silencio, sin buscar atención, y permanecer orando hasta que el nuevo pontífice se asome al balcón de la basílica.

El peregrino de Asís

Massimo Coppo, de 64 años, pertenece a la comunidad Familia de Belén, en Asís. No es sacerdote, sino un monje laico que ha hecho del voto de pobreza y la oración su vida desde los 32 años. Su trayecto, de más de 160 kilómetros a pie, es un acto de fe que repite cada vez que la Iglesia se enfrenta al desafío de elegir a su líder. “Quiero un nuevo pontífice para los pobres y que se acerque a ellos, que hable de la eternidad, del infierno y del retorno de Cristo”, ha explicado a quienes se le acercan, aunque la mayor parte del tiempo permanece en silencio, orando.

El cónclave y la multitud

Mientras los cardenales se encierran en la Capilla Sixtina y el mundo contiene la respiración, Coppo se arrodilla en la plaza, ajeno al bullicio, descalzo sobre el mármol, rezando hasta que el humo blanco anuncia la elección. No busca cámaras ni entrevistas; su presencia es discreta, casi invisible entre la multitud, pero profundamente sentida por quienes lo reconocen. Cuando finalmente aparece el nuevo Papa, Coppo se levanta, toma su bastón y se marcha como llegó: en silencio, caminando.

Un símbolo de esperanza

La historia de Massimo Coppo es la de un hombre que, con gestos mínimos, recuerda a todos el sentido espiritual y humilde que debería acompañar a la Iglesia en sus momentos más solemnes. Su peregrinación es un recordatorio de que, más allá de la política y el protocolo, la fe sencilla y la oración silenciosa siguen teniendo un lugar en el corazón de la cristiandad.

En cada cónclave, mientras el mundo mira hacia arriba esperando ver la señal del Espíritu Santo, hay quienes, como Coppo, miran hacia dentro y rezan, convencidos de que la verdadera transformación comienza en el silencio del alma.

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